La catedral de la salsa fonte:
http://www.elnuevodia.com/XStatic/endi/template/content.aspx?se=nota&id=296322En un nuevo establecimiento de tres pisos, la Casa del Coleccionista evolucionó a ser La Catedral de la Música Latina, ofreciendo una exhibición con cuadros y objetos de los más populares exponentes de la salsa y otros géneros.
Por Jaime Torres / End.jtorres1@elnuevodia.com
El altar al que muchos se aferraron para orar por la salvación de sus almas alberga hoy una pequeña tarima donde un viejo piano acústico Wurlitzer espera por las caricias de unas prodigiosas manos.
La semana pasada Luis Quevedo se sentó en su banqueta e improvisó durante una hora, escoltado por un cuadro de Cortijo e Ismael, a ras de la guitarra que José Feliciano usa en sus parrandas cuando visita la Isla del Encanto en Navidad.
Pronto, como un complemento de la exhibición de cuadros de leyendas como Cortijo e Ismael, Carlos Gardel, Tito Puente y Ray Barretto, se habilitará un área con algunas etiquetas usadas por Cheo Feliciano y varios de los sombreros de Gilberto Monroig.
Y en pocos meses, el nuevo local del disquero Rafael Viera dedicará espacios a Tite Curet Alonso y Héctor Lavoe, entre otras figuras cuyas fotos, vídeos, instrumentos, partituras y grabaciones ya son custodiados por él y su hijo Richie en La Catedral de la Música Latina, concepto en el que se ha transformado su Casa del Coleccionista y que desde hace un par de meses ocupa la remodelada estructura de tres niveles localizada en el número 909 de la calle Hoare, esquina avenida Fernández Juncos en Santurce.
“Es motivo de orgullo que la salsa sea el género principal en un lugar como éste. Es la música que mundialmente nos distingue y por aquí auguro que pasarán los salseros más grandes”
Moncho Rivera (cantante)
“Aquí vienen personas de diferentes partes del mundo. Esto es un museo donde Viera se preocupa por conseguir todo lo que necesita la gente. Por eso este proyecto se debe respaldar y máxime cuando Viera es una persona que ayuda a todo el mundo”
Raúl Berríos (musicólogo)
“Es un lugar más accesible, más grande y más limpio. Viera es una institución. Para mí, en cuanto a la música de la calle, se consigue todo aquí”
Tato Conrad (coreógrafo)
“Era un espacio necesario para la gente que es conocedora de la música y que busca lo que no se consigue”
Héctor Calderón (Yuba-Iré)
“Esto siempre ha sido un lugar de encuentro para los músicos. Aquí siempre hemos encontrado una puerta abierta para nuestros trabajos. Es el fruto de un hombre que ha dedicado su vida a trabajar por la música latina, la salsa y sus derivados. Esto es un centro de cultura, más allá de la cosa del disco”
Héctor Rodríguez (Atabal)
“Para aprender de los maestros que nos precedieron, este es el lugar indicado. El otro espacio era muy pequeño, éste es fenomenal”
Reynaldo Montañez (cantante)
“Aquí hay lo mejor de la salsa, de antes, de ahora y siempre”
Pee Wee López (músico)
“Es la zona sacra de la salsa. Esto es más que una tienda. Entraña mucho más, por todo lo que hay aquí”
Luis Ángel Domínguez
(presidente Envidia Records)Ya no se trata simplemente de vender discos, sino que Viera le ofrece a su clientela el valor añadido de una experiencia musical en todos los sentidos.
La única condición es que la persona sea un simpatizante de la música popular latinoamericana. No importa que la música de su predilección sea la salsa, el bolero, el tango, la ranchera, la cumbia, el aguinaldo, el vals o el vallenato, la grabación que necesite la tiene Viera.
En su almacén, Viera conserva más de 100 mil elepés y alrededor de 22 mil discos de 45 revoluciones por minuto, parte de colecciones que ha adquirido, como la del fenecido historiador Miguel Guindín, desembolsando altas sumas de dinero.
Lo que necesite escuchar del chileno Lucho Gatica o del puertorriqueño Tito Rodríguez, entre una diversidad de voces, tríos, cuartetos, conjuntos, combos y orquestas, se consigue en formato digital en la Catedral.
Y si aún no ha sido reproducido en compacto, Viera y sus empleados Gary Domínguez, Juan Beas, David Marrero y su hija Janete Viera se esmeran por reproducirlo de los elepés y acetatos originales de 78 rpm.
Viera, de 79 años, señala que su amigo Tite Curet Alonso lloraría de la satisfacción al contemplar la evolución de su establecimiento.
La Catedral de la Música Latina es una trinchera de militancia y lucha cultural que se impone en el corazón de Santurce y Miramar en tiempos en que la tendencia apunta al cierre de más y más establecimientos disqueros.
Muchos lo comparan con un museo en el que se puede escuchar música o ver pietaje de conciertos mientras se recorren los anaqueles con su inventario de más de 40 mil compactos, de todos los géneros latinos.
Para otros es el destino ideal para intercambiar fotos y vídeos.
Los sábados al mediodía es el lugar favorito de coleccionistas como Juan Mora Bosch, Agustiné Vélez y Cristóbal Díaz Ayala, que se reúnen para debatir respetuosamente sobre temas musicales.
Artistas como Willie Rosario, Richie Ray & Bobby Cruz prefieren el lugar para presentar sus nuevas grabaciones e interactuar con sus fanáticos.
La biblioteca personal de Viera, aparte del inventario de libros de música popular, es una fuente y referencia continua de consulta para los estudiosos e investigadores de la canción popular.
Y los niveles superiores del edificio que en el pasado se usó como una iglesia pronto serán habilitados con un “internet-cafe” y un salón al aire libre donde celebrarán bohemias con los tríos del País.
“Lo que queremos es que esto siga siendo un meeting place. Nuestro éxito radica en el servicio, en que si el disco que alguien busca no está, nosotros se lo conseguimos y llamamos a la persona a que lo venga a buscar”, explica Richie Viera.
La Catedral de la Música Latina es una puerta a la historia de la canción en América Latina; vitrina para la clave y archivo de la enciclopedia de la salsa; frases que describen el lugar a la perfección y la pasión por el pentagrama de su fundador Rafael Viera, promotor, productor, disquero e historiador que, durante medio siglo, ha sido testigo de la evolución de la música popular.
Viera reitera una vez más que en La Catedral de la Música Latina se consigue de todo, menos reguetón. Ante tanta decadencia, prefiere anclar su afición en los tesoros de antaño.
“Han salido diferentes géneros, realizados por compañías con productores ineptos que le dicen a los artistas lo que tienen que grabar. Así comenzó la decadencia de la música y esa música no la tenemos aquí”.
El sábado 27 de octubre, el nuevo aposento de la música popular será inaugurado oficialmente con un concierto amenizado, desde el mediodía, por la Corporación Latina, Pachapo y su Tumbao y el Calipso Show de Wito Vélez.
La Catedral de la Música Latina es el legado de Rafael Viera a la cultura puertorriqueña, para el deleite de las generaciones del pasado, del presente y el futuro.
“Es la herencia de mis hijos, que me ayudan, y a quienes he dado el ejemplo de que hay que trabajar para triunfar. Y que, cuando yo estire la pata, sigan hacia adelante. Por eso tengo a Richie que, aunque no tiene mi experiencia, sabe más que yo”.